viernes, 29 de abril de 2011

Permesso? Avanti!

¿Qué tiene esta película para que esté desaparecida y olvidada en el laberinto de las catacumbas del cine sin encontrar una salida que la coloque en el lugar que se merece y cuando se habla de ella sea para decir que es una de las peores películas de B.W.? Ahora mismo, a las 00:24 del 29 de Abril de 2011, es mi película favorita. La veo distinta a “En bandeja de plata”, “El apartamento”, ”Primera plana”, “La vida privada de S.H.”, “Perdición” o “Irma la dulce” (todas, por supuesto, master pieces)…¿Qué ha pasado en “Avanti!”?¿Qué le ha pasado a B.W.? En “Avanti!”, tengo la sensación que B.W. quería unas vacaciones y se fue a Ischia e hizo lo mismo que el viejo zorro de John Ford en “La taberna del irlandés”. Puso al servicio del cine, no sólo su conocida parte cínica y, además ahora, macabra, sino también su lado más romántico. Es el mayor romántico del cine y nos podemos dar cuenta que a veces siente vergüenza de que nos percatemos de ello. Por eso, de vez en cuando, en la plenitud de una escena romántica, la intenta estropear con alguna situación para desviar nuestra atención. La escena del baño, es, sin duda, la más tierna, delicada y dulce que B.W. nos ha ofrecido. La sencillez del juego de palabras “Permesso? Avanti!” alcanza un efecto electrizante: una estupenda tormenta de verano dentro de un cuarto de baño.

En el libro “The Bright Side of Billy Wilder” (“¿Quién diantres eres, Billy Wilder?”) de Tom Wood, conocemos de cerca al director de cine. Quedan reflejadas innumerables anécdotas de los rodajes, reflexiones de B.W. sobre su profesión y opiniones vertidas por todo aquel que entraba en contacto con él. No dejaba a nadie indiferente.
El actor Willian Holden lo describió como un hombre con “una mente llena de hojas de afeitar”. Debía ser un espectáculo. Cada frase pronunciada por B.W. parecía estar repensada por cientos de guionistas. En una ocasión, San Goldwyn preguntó a B.W. qué haría después de cierto proyecto. “Desde luego”, contestó Billy, “rodaré la vida de Nijinsky”. Durante unos minutos, B.W. le esbozó los avatares de esa estrella del ballet para finalizar haciéndole ingresar en un manicomio ya que Nijinsky creía ser un caballo (¡versión de B.W.!). Goldwyn quedó sorprendido y preguntó: “¿Cómo puede ocurrírsele hacer una película sobre un hombre que piensa ser un caballo?”. Billy contestó: “Es que tendrá un final muy feliz. Al final haremos que gane el derby de Kentucky”.

Una noche de primavera sin sueño puede ser perfecta para ver “Avanti!”. Encontrarte con ella por casualidad. Zambullirte en el mar de Ischia mientras te dejas llevar por la música de Carlo Rustichelli y Gino Paoli. La trepidante historia veraniega que nos cuenta B.W. es “senza fine”. Seguirá siendo un tesoro que sólo unos pocos sabremos apreciar y disfrutar. Garci dice que el cine es una vida de repuesto. Pues “Avanti!” encaja a la perfección en esa definición. Será una vida de repuesto durante una noche de primavera alta, en una de esas que ya puedes dejar la ventana entreabierta. Será una vida de repuesto durante una noche de verano, una de esas noches perezosas de agosto.

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